INTRODUCCIÓN
No se nos pide que seamos inmaculados, pero sí que estemos siempre en crecimiento, que vivamos el deseo profundo de crecer en el camino del Evangelio, y no bajemos los brazos. Lo indispensable es que el predicador tenga la seguridad de que Dios lo ama, de que Jesucristo lo ha salvado, de que su amor tiene siempre la última palabra.[2]
OBJETIVO
Al finalizar el tema las parejas deberán:
1) Aprender cómo ve Jesús la vida de los más
pequeños y como nos enseña a ver su vida.
2) Permitir que Jesús forme en nosotros una mirada de discípulo.
DESARROLLO
a) De acuerdo a las sesiones los objetivos se
alcanzarán, como sigue:
Sesión 1 objetivos del 1 al 2
b) Las citas bíblicas para la sesión a fin de poderlas
repartir entre las parejas que integran el grupo, son:
Sesión 1 Mc.
12,41-44; Mc.
10, 13-16; Lc.6,20-23; Mt. 5, 1-16; Lc. 18, 15-17
ORACIÓN INICIAL
LIBRA MIS OJOS DE LA MUERTE
Libra mis ojos de la muerte;
dales la luz que es su destino.
Yo, como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.
Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva;
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.
Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desatendidamente frío.
Guarda mi fe del enemigo
¡tantos me dicen que estás muerto!
Tú que conoces el desierto,
dame tu mano y ven conmigo. Ver a Dios en la criatura
ENCUENTRO CON LA
Amén.
4.1.1. ILUMINACIÓN.
La preocupación de Jesús fue manifestar al pobre que Dios lo ama: El pesebre, la vida en Nazaret, la Cruz, la vida entera de Jesús; es revelación del amor de Dios para los pequeños, para los pobres de la tierra. La evangelización de los pobres es para Jesús lo central de su misión.
Y para poder evangelizar a los pobres, Jesús estaba siempre atento a la vida de los pobres, de los más pequeños, en los que nadie se fija y muchos desprecian; como nos lo muestra el Evangelio en la ofrenda de la viuda pobre. O cuando se acercaban a Jesús los niños pequeños (Mc. 10, 13-16) y el Pueblo (Lc.6, 20-23). La mirada de Jesús toca el corazón de la vida de los pobres.
Jesús aprendió del pueblo pobre, su resistencia ante el sufrimiento, su confianza en Dios, su capacidad para dar todo lo que se tiene con todo el corazón: “Esa viuda pobre, ha echado en la alcancía más que nadie se los aseguro... Dio todo lo que tenía para vivir".
Jesús educo a sus discípulos en esta atención constante a la vida de los pobres: en el pasaje de la viuda pobre vemos cómo Jesús llamó a sus discípulos y les enseña a fijarse en lo que ella hace, para que valoren estos gestos sencillos de la vida, en lo que se nos revela el corazón de los pobres.
Poco a poco, Jesús fue formando a sus discípulos en su manera de ver la realidad, para que la vieran con los ojos del Padre, con el corazón de Dios que es padre de los humildes y pequeños. Con un lenguaje sencillo y cercano, Jesús ayuda a los pobres a valorar su vida, a descubrir su dignidad de hijos de Dios y a reconocer la presencia del Reino de Dios en su hambre y sed de justicia, en su total confianza en Dios, en su capacidad para sufrir con el que sufre, en sus gestos de ayuda mutua, en todas las cosas pequeñas de su vida (Mt. 5, 1-16). Y Jesús les decía: (Lc. 18, 15-17).
4.1.2. CONCLUSIÓN.
Celebremos hoy a Jesús glorificado, proclamado Señor y Cristo Primogénito de muchos hermanos, garantía de las promesas que esperamos. Jesús sentado a la derecha del Padre, con el mismo poder y gloria. Como era hombre lo mataron; pero como poseía el Espíritu fue devuelto a la vida. Sentado a la derecha del Padre, espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Y el último enemigo dominado será la muerte. No se ha ido para desentenderse de este mundo, sino que ha querido precedernos como cabeza nuestra, de modo que nosotros, miembros de su cuerpo, vivimos en ardiente esperanza de seguirlo a su Reino.
El Reino de Dios. Jesús Señor de la Historia que Él la conduce. Que Dios nos conceda espíritu de solidaria y luz en el corazón para descubrir cuál es la esperanza a la que nos llama, la riqueza que se nos da en herencia, su absoluto poder salvador para con nosotros, como lo manifestó resucitando Jesús y colocándolo por encima de los poderes que nos oprimen. Todo lo puso bajo sus pies, y a la Iglesia como cuerpo suyo. Quien entra en esta DINÁMICA, gusta ya del Reino de Dios, aunque su propio reino se hunda.
Que el Señor cure en nosotros todo orgullo triunfalista, al eliminar toda presunción de ser aprobados y honrados. Que cure todo sectarismo partidista, para evitar quien no tenga el mismo concepto del Reino que yo, sea marginado. Que cure decepciones y frustraciones, por qué el proyecto de Dios ha de surgir antes que mi propio proyecto.
ORACIÓN
FINAL.
EN TIERRA EXTRAÑA PEREGRINOS
En tierra
extraña peregrinos
con
esperanza caminamos,
que,
si arduos son nuestros caminos,
sabemos bien a dónde vamos.
En el
desierto un alto hacemos,
es el
Señor quien nos convida,
aquí
comemos y bebemos
el pan y el vino de la Vida.
Para
el camino se nos queda
entre
las manos, guiadora,
la
cruz, bordón, que es la vereda
y es la bandera triunfadora.
Entre
el dolor y la alegría,
con
Cristo avanza en su andadura
un
hombre, un pobre que confía
y
busca la ciudad futura.
Amén.
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